EL MAÑANA NO ESTÁ A LA VISTA - Capítulo 4


Se tiene que haber crecido lo suficiente para reconocerse, para no negarse a sí mismo frente a un espejo.  A veces aceptar un sentimiento desconcierta porque no estamos preparados para ello; pero de alguna manera nos abrazamos a ese sentimiento cuando somos capaces de mirarlo a los ojos. Tom estaba ahora de frente a un sentimiento, que era incapaz de aceptar en si mismo, pero Bill estaba ahí para ayudar a su terco hermano.
-          Te estas enamorando Tom, acéptalo – decía Bill con una pícara sonrisa.
-          No Bill ¿Cómo voy a enamorarme de alguien que he visto una vez en mi vida? – decía Tom, con tono nervioso, mientras se llevaba las manos a la cabeza.
-          Yo creo en el amor a primera vista, y creo en él porque me ha pasado, tu deberías empezar a creer.
-          Eres tu el que cree en esas cosas Bill, no yo.
-          Sólo creo que deberías llamarla – Bill por un momento quedó pensativo.
-          Llamarla… ¿y para qué?... ¿Tu ya lo hiciste? – la pregunta quedó en el aire para ambos hermanos.
Una semana y Bill no se había comunicado conmigo, desde aquella vez en el estacionamiento del hotel, no había vuelto a saber de él. Y Ale parecía casi haber olvidado aquella noche con Tom.  Como había dicho antes, aquellos días junto a Bill y Tom Kaulitz quedaron sólo como una anécdota, para contar a alguien lo suficientemente crédulo que confiara en nuestro testimonio.
                Los días habían vuelto a ser lo mismo, la misma rutina, la escuela, el tráfico; lo mismo de siempre.
-          ¿Lista para el examen de mañana Ivanna?
-          ¡Ay, no Ale! Ni me lo recuerdes que me dan nauseas. Además no sé nada.
-          Estudiamos juntas ¿te parece?
-          Ok.
Pasamos toda la tarde estudiando en mi casa, yo por momentos recordaba a Bill, su sonrisa, su voz… cuando terminamos Ale se fue a su casa, y yo comencé a recoger mi cuarto, cuando vi que Ale había olvidado las llaves. Había corrido con suerte la despistada si había alguien en su casa que le abriera la puerta. Guarde sus llaves entre mis cosas para dárselas al día siguiente.
                Preferí dormir temprano para estar cuerda en el examen, y justo cuando estaba a punto de abandonarme a los sueños sonó mi celular, y sin revisar quien era contesté:
-          Si tonta, mañana te llevo tus llaves – dije pensando que era Ale.
-          Hallo -  su voz, era su dulce voz…
-          ¿Bill?
-          ¿Cómo estás? – dijo él al otro lado de la línea.
-          Un poco dormida pero muy bien ¿y tu? – en realidad su voz me había quitado el sueño por completo.
-          ¡Oh! Perdón estabas dormida, y yo que creí haber calculado bien el horario. Y yo pues… extrañándote… - y su voz de pronto en la última frase sonó mas tímida.
-          ¿Calculaste el horario? – realmente me había sorprendido.
-          Si, las horas de diferencia entre el lugar en el que estás y en el que yo estoy.
-          Ah… y ¿Dónde estás? – de verdad me había dejado intrigada.
-          En Suiza.
-          ¡Suiza! ¡Madre! Jejeje bueno no te preocupes. Oye ¿y de verdad es cierto eso de que me extrañas?
-          Si es cierto, no tengo porque mentirte – su voz en ese momento me pareció tan dulce – De hecho a Tom y a mi se nos ocurrió algo.
-          ¿Qué se les ocurrió?
-          Pues que tú y Ale vengan con nosotros.
-          ¿Ir con ustedes? ¿A dónde?
-          Pues de aquí de Suiza vamos a Francia, y vamos a estar algunos días allá, nos podrían alcanzar.
-          Pero…
-          Los boletos de avión te llegarán a mas tardar mañana.
-          Me has dejado sin palabras – y lo decía en serio, me había sorprendido.
-          Es que no tienes que decir nada, solo venir aquí conmigo…  - después de esta frase el silencio se hizo y ninguno de los dos fue capaz de decir lo que tal vez los dos queríamos decir a gritos. – Bueno Ivanna, me despido porque tenemos que salir ahora mismo a una estación de radio, pero de verdad espero que vengas… que vengan las dos.
-          Cuídate, bye – fue lo único que pude decir y colgué.
Aquella llamada y mas aun la noticia fue suficiente para que yo no pudiera conciliar el sueño en toda la noche. Y al día siguiente después del examen:
-          ¿Cómo crees que salgas en el examen Ivanna?
-          ¡Ay Ale no sé! Ahora el examen es lo que menos me preocupa. Tengo algo que decirte…
-          ¡Uy que a ti te valga un examen es cosa nueva! ¿Pues que pasa? ¡Cuenta!
-          Anoche me habló Bill…
-          ¿Bill? ¿Anoche? ¿ A ti?
-          Sí Ale. ¿Te callas y me dejas contarte?
-          Sí, perdón…
-          Me habló y me dijo que Tom y él quieren que vayamos a Francia a verlos.
-          ¿Qué? ¿Tom?
-          Sí…
-          ¿Pero cómo?
-          Me dijo que a mas tardar hoy me llegaban los boletos.
-          ¿A tu casa?
-          No sé…
Decidimos ir a mi casa y cuando llegamos, mi mamá tenía en su poder dos boletos de avión son destino a Francia, con fecha del día siguiente y pedía explicaciones.
-          Ivanna ¿de donde sacaste estos boletos de avión? O mejor ¿para qué? – de verdad no estaba nada contenta.
-          Puedo explicarlo todo, lo juro…
Con ayuda de Ale traté de explicarle a mi mamá como habían sucedido las cosas, y la convencimos de que me dejará ir. El plan era este: mi mamá le diría a mi papá que pasaría el fin de semana en la casa de campo de Ale; y Ale les diría a sus papás que saldría de fin de semana conmigo y con mis papas. En ese momento ame mas que nunca a mi madre y le agradecía enormemente la confianza que me tenía.         
Subimos a mi cuarto a hacer la maleta y Ale empezó a dudar:
-          Ivanna, pero es que yo mejor no voy, porque es Bill el que te llamó y te pidió que fueras, Tom ni siquiera un miserable mensaje de texto me ha mandado, y ya entendí lo que signifiqué para él, no sé si quiero verlo de nuevo…
-          A ver amiga, mandaron dos boletos, no creo que hayan sido para mi y para mi gato… a propósito ¿y mi gato?
-          ¡Ivanna!
-          ¡Ay ya! Mejor revisa mi correo a ver si acaso Bill mandó algo de que vamos a hacer una vez que nos bajemos del avión ¿no?
-          Mmm no, no hay nada… acaba de llegar un correo de alguien que no tienes registrado  y… ¡es Bill! Dice que al salir del aeropuerto una camioneta negra nos esperará.
-          Pues allá vamos Ale…
No sabía que pasaría, si abordaría el avión o mi vértigo a las alturas me mataría antes de hacerlo, si el avión sería tomado por terroristas o si al llegar a Francia no esperaba nadie, y si era que me esperaba lo que pasaría después era incierto. Pero verlo de nuevo, para lo que fuera era algo que en mi reclamaba.


2 comentarios:

In dijo...

OMG!! Bueno el qapii eh?? OwO
ziigue azii nnah :DD

Pamela dijo...

Aaaaaah! Monique! que intrigante!

En serio, te esta quedando muy bien ;DDD

Las cosas se ponen más emocionantes! xDDDDD

- Espero con ancias el próximo cap... =)

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