- ¿Dónde están? – preguntaba Tom – las estamos buscando.
- Ay, perdón, es que… - miró de reojo a Dalmir – no se preocupen, en seguida vamos.
Y casi de inmediato nos despedimos, pero antes Dalmir me detuvo y me dio su número, yo lo acepté, sin saber que decir, y nos dirigimos de nuevo al departamento. Al llegar Bill y Tom estaban tumbados sobre el sofá viendo televisión, y al lado de cada uno estaban sus perros, quienes apacibles recibían las caricias de sus dueños.
- Trajimos café para ustedes – Ale me guiñó el ojo, era una forma de encubrir nuestro encuentro con Dalmir, aunque no habíamos hecho nada malo en realidad.
- Genial! – dijo Tom tomando su café.
- Tú no aprendes ¿verdad? – me dijo Bill mientras tomaba su café – ya una vez te perdiste y aun así sigues saliendo sola en una ciudad que no conoces y sin avisar.
- Perdón! Es que quiero conocer el lugar.
- Pues si quieren conocer, al rato iremos a casa de mamá… - dijo Tom.
- A casa de su mamá? – dijo Ale
- Si, ya conocieron a Andreas y faltan Gordon y mamá, son las personas más importantes en nuestra vida – dijo Bill.
- Genial… - dije aunque sinceramente, tenía algo de temor.
Mientras buscaba que ponerme para conocer a la mamá de Bill y tratar de darle una buena impresión, recordé que en mi bolso traía el número de Dalmir, lo saqué y lo sostuve entre mis manos, era extraño me sentí culpable y no había hecho nada malo en realidad, es decir mi perspectiva de Dalmir había cambiado, mientras la noche anterior lo vi como un tipo insoportable, hoy bajo la luz de día lo había visto como alguien agradable y hasta inteligente. Mientras estaba inmersa en mis pensamientos, Bill entró a la habitación sin que yo me diera cuenta, de inmediato tuve que guardar el papelito con el número de Dalmir en el bolsillo de mi chaqueta.
- No estés nerviosa – dijo Bill mientras me abrazaba por atrás – mi mamá es muy dulce, y seguro te va a adorar.
En ese momento entro Scotty y comenzó a jugar conmigo, sin duda ya me habían hecho sentir parte de ellos. Los chicos llevaban regalos para su familia, yo subí al auto de Bill, y Ale al de Tom y emprendimos la marcha.
La casa no era muy grande pero era acogedora. Nos recibió Gordon, el padrastro de Bill y Tom, y enseguida salió Simone, su madre, quien de inmediato abrazó a sus hijos y ellos le correspondieron, era tan linda la imagen! Cuando los soltó, aun con lágrimas en los ojos se dirigió a nosotras:
- Tu debes ser Ale y tu Ivanna – dijo dirigiéndose exactamente a cada una.
- Jeje sí, mucho gusto – dije mientras sentí que me sonrojaba – disculpe, creo que nuestro alemán aun no es tan bueno… - en ese momento todo rieron.
- No te preocupes, sabemos que se esfuerzan, y llámenme Simone, por favor…
En casa también estaba la abuela de Bill y Tom, quien nos resultó muy amena y lúcida, se veía orgullosa de sus nietos, y de su Macky, a quien cariñosamente abrazaba. Estábamos descubriendo una parte de ellos totalmente desconocida, y que en realidad nos tenía fascinadas.
Simone preparó especialmente comida vegetariana para los chicos, quienes estaban felices, durante la comida, los chicos platicaron de cómo había sido la gira, Simone contaba lo mas reciente que había ocurrido en su casa, y por supuesto fue inevitable hablar de cómo nos habíamos conocido con los chicos.
Al terminar los chicos salieron al patio con Gordon a ver a los dos perros que no los acompañaron en la gira, pero que se habían quedado al cuidado de Simone. La abuela estaba a punto de dormirse en la sala, y Ale y yo estábamos en la cocina con Simone, quien nos empezó a contar un poco mas de los chicos…
- Realmente estoy muy contenta de que mis hijos hayan encontrado a unas chicas como ustedes, en especial Tom – dijo mirando a Ale – el es aparentemente el mas duro, pero la verdad es que no lo es tanto, y necesita tanto o mas amor que Bill, que es el mas sensible.
- No te preocupes – dijo Ale – ambos están en buenas manos.
- Yo lo sé, por eso se los digo. Desde niños los dos han sido muy especiales… - se detuvo de repente, como acordándose de algo - ¿les gustaría ver algunas fotos?
- Jaja si – dijimos las dos.
Simone nos llevó a su recámara y sacó un gran álbum lleno de fotos de Bill y Tom, desde que eran bebes, hasta cuando a penas comenzaban. Simone guardaba hasta los recortes de periódicos, donde anunciaban al fenómeno naciente.
También nos contó algunas anécdotas de los chicos, como cuando sus personalidades tan iguales y tan diferentes a la vez, terminaban chocando y cualquier cosa a la mano era buena para atacarse, y al cabo de un rato y sacado el enojo, de nuevo estaban los dos compartiendo juegos. O cómo Tom siempre se mostraba orgulloso de ser el mayor, y como utilizaba su poder para querer mandar a Bill, pero también para defenderlo cuando era necesario. O también cuando Bill desde pequeño gustaba de cantar canciones todo el tiempo, no importándole el lugar o quien estuviera presente.
Pero llegó el momento de despedirnos, los chicos prometieron regresar un par de veces mas, antes de ir a América. Simone nos despidió a nosotras con un fuerte abrazo, la abuela con una enorme sonrisa y Gordon con alegría. De verdad que nos habían hecho sentir parte de la familia. Llevamos a casa a los dos perros que habían estado con Simone, creo que estaban felices de ver de nuevo a sus amos.
En el camino nos detuvimos en una gasolinera para cargar el tanque de combustible. Los chicos y nosotras nos bajamos, cuando un grupo de chicas los identificó, y se agruparon alrededor de ellos para pedirles autógrafos y tomarse fotos con ellos. Los chicos por supuesto accedieron, nosotras optamos por meternos a la tienda de autoservicio que estaba en la estación, no faltó alguna fan que nos mirara feo, y es que aunque los chicos ya lo habían dicho públicamente, y las reacciones fueron variadas, desde enojo, tristeza, alegría y conmoción, la mayoría de las fans lo habían aceptado y se sentían felices por los chicos, aunque a algunas no les caíamos bien y de oportunistas no nos bajaban…
Al entrar al establecimiento lo primero que vimos fue la nota en la esquina del periódico que decía algo así como: “Riña en un antro por las novias de los hermanos Kaulitz”. Evidentemente lo que había pasado la noche anterior no iba a pasar desapercibido, y alguien con su teléfono celular había tomado fotos de lo sucedido, incluso videos. Alguien había descrito muy a su manera lo que había pasado. Yo tomé el periódico para ver la nota completa cuando Bill y Tom entraron por nosotras.
- No leas eso Ivanna – me dijo Tom quitándome el periódico – no vale la pena, si de todas formas no van a decir lo que en verdad sucedió.
- Creo que ya me voy acostumbrando a ver mi cara por todos lados… - dijo Ale.
- Jaja bueno, eso no es tan malo… - le dijo Bill tomándola del hombro.
Salimos de la tienda, no sin que antes Bill comprara un gran paquete de galletas, bueno… y también tomaron unas cuantas cervezas…
Llegamos al departamento, y nos dimos cuenta de que alguien había estado arrojando huevos a las ventanas y hasta una piedra que había roto el cristal de una de las ventanas de la sala…
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1 comentarios:
El cap mas tierno y emotivo ke he leido ke lindo ^^
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