UNA MIRADA, UN DESTINO- Capitulo 15

Capitulo 15

Iba en el autobús, sola, de pronto se acerco a mí una joven de unos 17 años, y se sentó junto a mí.

-Hola!-dijo aquella joven, de cabello castaño, ojos azules y delgada, con una figura marcada, no tenia mala apariencia.-¿Tu eres novia de Bill Kaulitz?-me pregunto, con el ceño fruncido.

-Mmm…Y ¿tu eres?-pregunté, yo no era novia de Bill, era cierto no era su novia. ¿Qué éramos? No lo sabia, y no sabia que decir, creo que lo mejor seria evadir esta conversación, bajarme en la siguiente parada e irme caminando a mi casa, las calles sobrantes.

-Soy Heidi.-susurro, la joven, Heidi.- ¿Eres su novia?

El autobús paro, me levante de mi asiento y salí, acelere el paso, quedaban pocas calles para llegar a mi casa. Oí pasos detrás de mi, voltee discretamente, Heidi me estaba siguiendo, no podía creerlo. ¿Por qué me seguía? ¿Era muy importante saber eso? Bueno quizás lo era, pero seguirme era ridículo.

-OYE. ¡TE ESTOY HACIENDO UNA PREGUNTA!-comenzó a gritar por toda la calle, su voz hacia eco en las casas. Acelere el paso, solo dos cuadras y llegaría a mi casa, faltaba poco. Tú puedes Sharon, si yo podía. – ¡NO HUYAS, SHARON!- ¿Cómo sabia mi nombre? Eso me asusto demasiado así que decidí correr, y así fue corrí, lo mas rápido que pude, mi corazón latía muy fuerte, sentía que se me saldría del pecho. De pronto los pasos desaparecieron, pare de correr, yo ya estaba frente a mi casa, mire hacia todos lados, Heidi ya había desaparecido, mi respiración estaba bastante acelerada, me encontraba asustada, nunca me había sucedido algo así, mejor entre a mi casa.

-Mamá, ya lle-gue me boy a cam-biar.-dije entrando por la puerta. Mi voz se cortaba por la poca respiración, inhale fuerte.

-Sharon ¿Estás bien?-pregunto ansiosa mi mamá.

-Sí, muy bien. Solo que corrí un poco, es todo.- susurre con voz queda, mientras subía los escalones hacia mi recamara. Mi mama no pregunto más, así que aun me preguntaba, ¿Quién era esa extraña chica, porque me había seguido? Aun seguía asustada, todo para mí era algo nuevo, distinto y extraño.

Me cambie rápidamente-con aquel uniforme, rojo-para ir a trabajar, y quizás en un tiempo ver a Bill, las chicas se la estaban pasando muy bien con los chicos, Mel me había enviando un mensaje de texto el cual decía lo siguiente.


-Wow! Shay, jamás creí conocerlos así de cerca, gracias. Gustav es un chico genial. Te quiere, Mel.-


Y Lidia al parecer también se encontraba muy feliz.
Fui directo hacia la parada de autobús, de nuevo, sentí miedo de que alguien me persiguiera de nuevo, respire profundo y conté hasta tres. Subí al autobús, todo iba normal, no ocurrió nada similar, alguna gente me miraba extrañamente, otros me sonreían y algunos no me miraban.
Llegue al hotel, sin miedo, el señor Jackson ya esperaba mi entrada, su ansia se veía a simple vista.

-Llega 5 minutos tarde.-dijo, amargado.

-Lo siento, tuve un retraso. –dije con la cabeza gacha, mirando hacia mis zapatos negros.-Bueno, hare mi trabajo.

-Pues más vale que lo haga.-se retiro como un rayo, si quiera me di cuenta cuando se había ido.

Me encontraba allí recibiendo a la gente, Bill no había aparecido por aquí, de pronto alguien entro, con la cara tapada por un enorme ramo de rosas.

-You are the sun and I’m a Moon… In your shadow I can shine. –Esa voz, era Bill, descubrió su cara, efectivamente era él, no podía creerlo; Después de Phantomrider amaba esa canción.-Te quiero Shay, son para ti.- estiro su mano y me dio esas hermosas rosas, Wow! Nadie nunca me había dado un detalle tan especial, yo me ruboricé, me sentí feliz.

-¡Bill! Gracias, yo también te quiero y mucho!-dije, mientras él se acercaba y me daba un dulce y tierno beso.-¿Irán a la fiesta de mañana?-pregunte, buscando un vaso donde poner las rosas, su aroma era increíble.

-No lo sé, yo si quiero. Pero no se los chicos, Lidia y Tom se están llevando muy bien, espero no sea lo de siempre.-me ponía feliz saber que Lidia conoció a quien más apreciaba, supongo que a lo de “siempre” se refería a llevarla a la cama, que malo que Tom fuese así, todos somos distintos, pero aun así, era una mala situación.

Yo seguía con mi trabajo, Bill y yo conversábamos de todo, le conté sobre Heidi esa chica que me había perseguido, el no hallaba explicación alguna; Jackson me mandaba esas miradas extrañas, Bill lo miraba feo, pero después reía. El día paso rápido estando con Bill, los segundos, los minutos y las horas, no parecían existir estando con el, creo que estaba demasiada enamorada de él.

-Oye Shay, mañana si iremos a la fiesta. Tan solo iremos algo cubiertos, hace tiempo no vamos a una fiesta de esas.-dijo con una enorme sonrisa, en su linda cara.

-¡GENIAL!-grite por casi todo el hotel, con un sonido sordo. Mi trabajo termino así que era hora de ir a casa.

-Ya son las 8 vamos al hotel con los chicas y las chicas. ¿SI?-pregunto ansioso.

-Esta bien, vamos.-deje todo ordenado, llego la otra recepcionista del siguiente turno. Subimos al hotel, Bill tomaba mi mano, tomo la llave de su bolso y abrió la puerta, con una gran sonrisa, a el le agradaba que Gustav por fin hubiese conocido a una chica “especial”.




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